lunes, 29 de septiembre de 2008

El corazón tiene razones que la propia razón nunca entenderá...

Difícil es cuando se trata de convencer al corazón de que las cosas son de una forma, y el corazón se niega a aceptarlo, y sigue tirando para el mismo lado; quizás el correcto... pero cuando todo dice que no lo es... Y sigue sin entenderlo. Y pasan horas, días, semanas y meses y el corazón sigue ciego en su terquedad, tirando para el mismo lado, un lugar hermoso, pero incierto, casi imposible...
¿Y qué hacer cuando el unico ser capaz de sanar las heridas, es el mismo que las provoca? ¿QUE HACER? ¿Olvidar? Hmmm...
Difícil cuando el corazón no entiende razones... Dicen que es el que sabe... el que guia. Pero es ciego... por eso se lastima, por eso sigue por el mismo camino, con heridas y cicatrices...
Y por eso es que le hago caso. Porque es terco como yo, que no se da por vencido a pesar de las miles de batallas perdidas, no le importa sufrir si sabe que sólo así puede ser feliz. Sólo el sabe a dónde va...
A veces pienso que la cabeza, razonando y todo, es la que se equivoca, porque nunca toma riesgos y no sabe lo que se aprende arriesgándose y perdiendo.
Nadie está preparado mentalmente para perder, pero el corazón si, pierde cuando se va un ser querido, cuando tiene un desamor, cuando no le salen bien las cosas, llega a doler tanto que no se puede explicar... Pero se hace más fuerte, adquiere experiencia.
Y así sigue latiendo...
Creo que voy a arrisgarme con mi ciego corazón herido una vez más, sólo una vez más... y después decidir que camino debo tomar...
Después de todo, perdido por perdido...

OH! mi corazón se vuelve delator... traicionándome..

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